En contextos de gran consumo alimentario, se corre riesgo de que se produzcan intoxicaciones masivas, por los efectos en el organismo de los alérgenos (especialmente en grupos vulnerables, tales como los niños, los cuales son más proclives a padecer alergias).
Como veremos más adelante, una solución para prevenir este peligro real puede pasar por poner en marcha, dentro de los centros en los que se sirva comida a numerosas personas, un ERP de alimentación.
Vamos con una historia que nos puede servir para entender la importancia de llevar a cabo un control de alérgenos.
En el colegio del barrio, conocen las peculiaridades de algunos alumnos, los cuales no pueden tomar ciertos alimentos, ya que tienen alergia a ciertas sustancias. Por eso, se hacen excepciones en las dietas habituales y se preparan algunos menús especializados, por ejemplo, para quienes tienen alergia a la leche.
Gracias a los contactos de la dirección del centro, el alumnado estuvo pasando unos días de convivencia navideña en Francia con chavales de aquel país. Fueron unos días inolvidables y los chicos volvieron contando maravillas sobre el trato y la comida que probaron.
Este verano, los franceses han devuelto la visita, un acontecimiento que tenía muy ilusionados a los anfitriones. Sin embargo, la experiencia no ha sido todo lo grata que esperaban.
La comida ha sido el problema. El primer día de estancia de los franceses, se sirvió una sopa, la cual estaba preparada con unas pastillas que daban sabor y nutrientes.
Por la tarde, estaba planeada una actividad de visita al centro de la ciudad. Algunos alumnos franceses (cinco de treinta, en total) empezaron a sentirse mal. No lo exteriorizaban mucho, por lo que, como había confianza, los colegiales españoles y responsables de la excursión, incluso hicieron bromas con ellos.
A última hora de la tarde, se iba a jugar un partido de fútbol masculino. Sin embargo, no se llegó a disputar. Los chicos que formaban parte del equipo francés empezaron a sentir mareos y algunos vomitaban o tenían diarrea. La afición local, con sorna, les preguntaba si tenían miedo a perder el encuentro.
Pronto se llegó a la conclusión de que los chavales habían padecido una intoxicación alimentaria. Y entonces se acabaron las bromas.
Los testimonios de los médicos que atendieron a los niños franceses nos confirmaron que su intoxicación se debía a haber consumido un alérgeno, en concreto se trataba del cacahuete, presente en la composición de la pastilla de la sopa.
Como sabes, los alérgenos son unas sustancias, inocuas para la mayoría de personas, pero que ocasionan a otras las típicas reacciones que se producen en el organismo para neutralizar una sustancia peligrosa. Estas reacciones, por otra parte, están relacionadas con síntomas enfermizos como los que hemos comentado anteriormente.
La respuesta no se hizo esperar. Se había quedado mal con los franceses, pero sobre todo se había incurrido en un fuerte riesgo para la salud de las personas.
Por una parte, la empresa que sirvió las pastillas para la sopa no había reseñado la presencia del cacahuete picado en su producto. Se incumplía, así, la normativa de etiquetado (europea y española) que obliga a informar de la existencia de estas sustancias. Pero esto no era suficiente. Se hacía necesaria la contratación de un ERP de alimentación, con un módulo específico de control de alérgenos.
De esta forma, podemos supervisar la entrada de alérgenos en las materias primas, pero también al procesar productos y limpiar.
Además, esta herramienta de gestión de datos permite reducir los desperdicios y garantizar la seguridad y trazabilidad de los alimentos.
Por lo tanto, el desastre sucedido con los franceses no tiene por qué repetirse. El ERP nos facilita la adaptación de los menús especiales para los alumnos que tengan alergias.
