La trazabilidad alimentaria forma parte ya de las obligaciones que ha de asumir cualquier empresa que se dedique a la ganaderia intensiva (ganado bovino, de ovejas y cabras…).
La industria alimentaria se ha de adaptar a este requisito de seguridad que se exige por ley, pero sus responsables han de aprovechar las funcionalidades que el cumplimiento de la trazabilidad va a propiciar en su trabajo.
Efectivamente, un control exigente de la trazabilidad supone, asimismo, una optimización de los procesos de la empresa. Es decir, una racionalización de sus recursos, orientada, en última instancia, a lograr un aumento de las ventas y una reducción de costes.
La trazabilidad, por su parte, se revela como un requisito ineludible en el sector alimentario (más, si cabe, en el de los alimentos de origen natural, como en el caso del ganado bovino). A grandes rasgos, la trazabilidad se identifica con una garantía del control de la seguridad de los alimentos. Se centra en todas las etapas del bien de consumo: producción, distribución e importación. Por lo tanto, se lleva a cabo un rastreo de toda la información del alimento, el cual incluye proveedores, productores y clientes. Todos los participantes en este proceso se benefician de esta estricta persecución de las irregularidades. Los empresarios obtendrán productos más seguros y de alta calidad y los clientes tendrán estas cualidades garantizadas. Sin duda, se trata de un factor que incide en la confianza del cliente en los alimentos, circunstancia que aumenta las ventas. Además, se evitan, con estas precauciones, episodios negativos vinculados al deficiente estado de los alimentos.
La trazabilidad, por otro lado, rige obligatoriamente en todos los Estados de la Unión Europea. La norma ISO 17367:2009, de la Organización Internacional de Normalización, fija los estándares para esta gestión de la seguridad alimentaria.
Sin embargo, el cumplimiento de la legislación no es el único interés que la trazabilidad posee para un propietario de una empresa alimentaria. La tecnología necesaria para garantizar la trazabilidad facilita, igualmente, la reducción de costes y el incremento de las ventas.
Hoy en día, resulta imprescindible manejar los flujos de información sobre los alimentos mediante un software ERP. Se requiere un ERP hecho a la medida de la gestión de la industria alimentaria en concreto (por ejemplo, ganado bovino), no una mera adaptación.
La optimización de los costes se facilita, sin necesidad de salir del despacho de la empresa, gracias a herramientas que permiten manejar las bases de datos de finanzas y compras y ventas. Por ejemplo, se tendrá siempre controlado el stock. En este sentido, no se desperdiciará con compras superfluas a los proveedores. En función de estos parámetros, este sistema de gestión de datos posibilitará calcular las cantidades que se destinan a cada fase de la trazabilidad y economizar.
De hecho, con el módulo de trazabilidad alimentaria del ERP se racionalizan la entrada de pedidos por parte de los recepcionistas del almacén y la posterior organización dentro de este espacio que lleven a cabo los trabajadores: controles de calidad, lotes y logística. En todo momento, se tiene información de los consumos del proceso: materias automáticas y manuales, autoconsumos, generación y control de los intermedios…
Por último, no faltará una escrupulosa organización del etiquetado en los procesos de envasado, encajado y paletizado.
De esta manera, se puede comprobar cómo abordar con interés la trazabilidad redunda en beneficios, es decir, en dinero: se reducen las pérdidas por errores en los procesos, se incrementa la calidad de los productos, se evitan desechos…
Con estas credenciales, una empresa está en disposición de conseguir mejores precios (en especial, en el mercado extranjero) para unos productos que van acumulando prestigio.
